Cuando Elizabeth descubre que el hombre del cual estaba profundamente enamorada será su futuro cuñado, se aferra a su mejor amigo: el alcohol.En una noche de desenfreno, en la que se pasa de más con las copas, ofende a voz en grito al dios griego del amor. Cuando éste desciende de sus dominios para atender al llamado, pidiendo explicaciones por la ofensa, no puede evitar iniciar un peligroso juego.Elizabeth deberá unir a tres parejas de un solo flechazo. Todas deberán ser perfectas, amor verdadero. Así, y solo así, podrá olvidar los sentimientos que alberga por el novio de su hermana, Jane.