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Paperback
ISBN9788466341042
verschijningsdatum01/01/2017
verschijningsdatum01/01/2017
Personen
Pérez Gellida, César
NUR Codes (sub)
350 Fictie overig algemeen
De kracht van Montségur
Tras el éxito de la trilogía «Versos, canciones y trocitos de carne» vuelve César Pérez Gellida con su novela más negra, protagonizada por el concienzudo inspector de policía Ramiro Sancho.
Primer libro de la trilogía «Refranes, canciones y restos de sangre».
Lastrado por los efectos nocivos que le ha dejado la obsesiva persecución de Augusto Ledesma, el pelirrojo inspector de homicidios de Valladolid, Ramiro Sancho, vuelve al Cuerpo con la esperanza de retomar las riendas de su vida anterior. Nada más lejos de la realidad.
Una adolescente ha desaparecido en el marco de las ferias patronales de la ciudad. Se trata de la hija de un importante empresario y las primeras pesquisas apuntan a que podría tratarse de un secuestro.
César Pérez Gellida aborda su novela más negra desde una óptica global con el objeto de ofrecer al lector una visión 360º sobre un delito sumamente cruel como es la privación de libertad. Y lo ejecuta de una forma tan real que compartirá la angustiosa incertidumbre de la familia, tan estremecedora que saboreará el miedo desde la oscuridad de un lugar desconocido, tan veraz que se ajustará el pasamontañas para meterse en la piel del secuestrador y, como no, tan cercana que participará en el proceso de negociación e investigación en primera persona.
Sarna con gusto es la evidencia irrefutable de que existe un género singular en nuestro país que se define como narrativa audiovisual. Vuelve el género Gellida.
«La existencia en sí misma es angustiosa y consecuentemente resulta inevitable provocar dolor a los que nos rodean. El problema radica en que nunca se da la reciprocidad perfecta y, por tanto, las condenas son siempre injustas. Es indefectible y ni siquiera nos preocupa. No pagamos nuestras deudas en cien vidas, Sancho, porque en cada vida que malvivimos contraemos más y más obligaciones. Así, todos somos culpables, a pesar de que evitemos a toda costa reconocerlo para no aparentar nuestra vulnerabilidad. Tan fácil como reconocerlo, Sancho, tan fácil como admitirlo.»