Irene, su hija Candela y su nieto Nicolás, de apenas tres años, han alquilado una casa en el Cabo de Gata. Irene, brillante solista en el pasado y ahora profesora de violín, ha dejado su trabajo para ocuparse de Candela, que atraviesa el descalabro de una separación. Para Irene, el idílico rincón almeriense ha sido siempre un refugio. Algo parecido a un hogar en una vida llena de viajes. Y algunos, no siempre elegidos.
La novela transcurre entre Rotterdam, Siena, Nueva York, Londres y el Cabo de Gata, lugares en los que Irene ha compartido veinte años con su marido, un famoso director de orquesta que la abandonó por una mujer más joven. Cuidar ahora de su hija es una oportunidad para detenerse y pensar, para dejar de culparse y de culpar, abandonar el rencor que todo lo enturbia y comenzar una vida nueva. Esa que parece estar llamando a su puerta desde el otro lado de la calle.